lunes, 10 de noviembre de 2008

3. Composición de los grupos

David Johnson y Roger Johnson establecen que lo que determina la eficiencia de un grupo no es quiénes son sus miembros, sino qué tan hábiles son en el manejo de las habilidades para el trabajo en equipo.

Esto se aplica a los equipos que diseñaremos: necesitamos que todos nuestros equipos, de un modo otro, tengan aproximadamente las mismas posibilidades de ser exitosos y, por lo tanto, que las habilidades sociales (y académicas) de sus miembros se equilibren mutuamente.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que, a falta de más datos, hay que tratar que los grupos de aprendizaje cooperativo sean lo más heterogéneos posibles, a fin de asegurar la diversidad que provee una fuerte estimulación intelectual y hace que los grupos se motiven a tener un trabajo parejo y exigente.

Existen cuatro métodos de asignación de estudiantes a grupos que maximizan las probabilidades de cumplir con los requisitos recién planteados: la asignación al azar, la asignación al azar estratificada, los grupos seleccionados por los maestros y los grupos auto seleccionados. Explicaremos cada uno de estos métodos.

a. Asignación al azar

David y Roger Johnson consideran este método de asignación como el más eficaz; sin embargo, aunque sus bondades académicas son incuestionables, es posible que introduzcan una cierta sensación de arbitrariedad entre los estudiantes. Esta sensación puede ser manejada adecuadamente, pero no es posible ignorarla del todo.

Este método consiste en asignar a los estudiantes a sus grupos por algún método en que puedan encontrar al azar a sus compañeros. El más común consiste en repartir tarjetas con datos que los estudiantes deban emparejar, de preferencia las tarjetas pueden estar relacionadas al contenido de la lección.

Alternativas simples: se reparten tarjetas con el mismo número o nombre y los miembros del grupo deben buscar a la persona (o dos, o tres) que tengan la misma información (por ejemplo, a todos los que tengan la palabra “inspiración”).

Alternativas complejas: consisten en emparejamientos que se deben hacer de acuerdo a algún tema.

Naturalmente, los dos primeros ejemplos sirven para formar grupos de dos personas, el tercero de tres y el cuarto grupos de cuatro personas.

b. La asignación estratificada al azar

Este es un método que también proporciona muchas posibilidades de generar grupos balanceados, asegurándonos que en cada grupo existan estudiantes con las características clave necesarias para desarrollar determinada tarea.

Este método consta de tres pasos: primero, ordenar a todos los alumnos de la clase en función a determinada categoría (por ejemplo, el rendimiento en una prueba de entrada, la nota en el último bimestre, nuestra apreciación sobre sus habilidades sociales, su popularidad, etc.); segundo, conformar el primer grupo asignando al mismo al alumno que ocupa el primer puesto en el ranking elaborado, al que ocupa el último puesto y a los dos que ocupan los lugares intermedios; tercero, conformar los restantes grupos empleando el mismo método.

Para emplear este método debemos recordar que es imprescindible que la categoría elegida para hacer el ranking y los agrupamientos sea relevante para la tarea que se llevará a cabo.

c. Grupos seleccionados por el docente

En este caso, decidimos quién trabajará con quien sin usar ningún método sistemático; solamente nuestro criterio. Una de las alternativas (colindante con el método anterior) consiste en conformar grupos asegurándonos que los estudiantes más aislados de la clase formen equipo con los más populares y de este modo puedan así tener ocasión de poner en prácticas sus habilidades sociales. Este método es especialmente eficaz para administrar los casos de estudiantes que se encuentran en diversos tipos de riesgo (como los menos populares).

d. Grupos seleccionados por los propios estudiantes

En principio, este es el método menos recomendables, pues los estudiantes que tienen la oportunidad de conformar sus propios grupos tienden a formarlos homogéneos en lugar de heterogéneos (eligen a los compañeros que mejor conocen, los que tienen intereses más compatibles con ellos, etc.). Sin embargo, la participación de los estudiantes en la selección de sus grupos de trabajo puede servir para reducir la impresión de arbitrariedad que se produce cuando el maestro asigna los grupos sin consultar a nadie.

Una opción equilibrada en este método consiste en la siguiente: por ejemplo, si usted va a conformar grupos de tres personas, puede pedir a los estudiantes que escriban en una boleta el nombre de dos compañeros con los que les gustaría trabajar en la siguiente clase. A continuación hace usted un ranking de popularidad para detectar a los estudiantes en riesgo de aislamiento por ser menos populares. En la clase siguiente, al asignar los grupos, otorga usted a cada alumno el trabajar con uno de los dos que eligió y el otro lo designa en función al ranking de popularidad que ha confeccionado.

2 comentarios:

Viviana Peña Cavassa dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Enit Huaman dijo...

La formación de los grupos en el trabajo colaborativo es heterogénea en habilidad y en las características de sus miembros.

Formación cooperativa en grupos heterogéneos
Briones Pérez, Elena
Tabernero Urbieta, María del Carmen
Location: http://dialnet.unirioja.es/servlet/oaiart?codigo=1224134
(Revista) ISSN 0214-9915

Los grupos no se crean con la intención de reducir el trabajo individual, sino para potenciarlo bajo determinadas condiciones. Se forman para cumplir con objetivos concretos que se logran más fácilmente con el trabajo conjunto, en el seno de una cultura empresarial que apoya este concepto, si existe tiempo suficiente para realizar un intercambio adecuado, debatir y compartir ideas, para solucionar problemas con determinadas técnicas, si los miembros potenciales presentan el nivel de calificación técnica adecuado, si poseen capacidad de relación interpersonal, así como las habilidades administrativas y para la comunicación necesaria.

La conformación de un grupo de trabajo tiene sentido cuando existe una meta común y las tareas de los miembros del grupo son interdependientes, cuando se necesita la cooperación para completar un trabajo y para mejorar su calidad de forma sustancial.

Los grupos de trabajo deben encontrar respuestas a las siguientes preguntas: ¿para qué estamos aquí?, ¿cómo debemos organizarnos?, ¿quién está a cargo?, ¿quién cuida por nuestro éxito?, ¿cómo debemos trabajar los problemas?, ¿cómo debemos relacionarnos con otros grupos?, ¿qué beneficios produce el grupo a cada uno de sus miembros de acuerdo con sus necesidades?.

La formación y desarrollo de un grupo de trabajo constituye un proceso dinámico.

Extraido de: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol11_6_03/aci10603.htm